La educación es una de las prioridades de la UNESCO, como derecho humano fundamental. Es por ello que desde la organización se lucha por fortalecer los sistemas educativos, pero también enfrentarse a retos actuales que se proponen en materia de educación. Especialmente con la implantación de sistemas inclusivos con el fin de terminar con actitudes discriminatorias de cualquier tipo, y conseguir sociedades acogedoras, respetuosas e inclusivas.
En este sentido, desde la UNESCO se subraya la importancia de que las escuelas trabajen con el resto de agentes que intervienen en la educación: empleadores, grupos comunitarios, universidades, servicios públicos, etc., además de contar con el apoyo de las familias y las comunidades para con los niños. Se trata de construir asociaciones con objetivos comunes, de manera que el efecto pueda multiplicarse.
El papel de la escuela es fundamental en la educación. No solo en el ámbito más puramente académico, sino que los niños y niñas obtengan pautas en las que la salud y el desarrollo personal y social ocupen terrenos tan importantes como los resultados escolares.
En este sentido, la UNESCO propone una serie de acciones a implantar en las escuelas a raíz de las experiencias e investigaciones de las políticas internacionales.
Todas estas acciones exigen esfuerzos por parte de todo el sistema educativo y el resto de factores que le rodean. Lo que precisa de un gran trabajo de sensibilización en los que todos los que formamos la sociedad civil estamos implicados, según recuerdan desde la organización.
En este punto se incluyen a las madres y los padres, que se les solía dejar al margen. Este trabajo debe plantearse a largo plazo.
También destacan la necesidad de implicar a los Gobiernos que, junto con la sociedad civil, deben asumir un compromiso en busca de la inclusión y la equidad. El objetivo final de estas acciones ha de ser la creación de sistemas educativos inclusivos, en los que se elimine toda actitud discriminatoria. Que este ítem sea la base para un desarrollo sostenible, que, además, será la forma de conseguir soluciones innovadoras para los principales retos del mundo.
Introducir estos cambios en la educación es algo sencillo en lo que a gestión se refiere. Los obstáculos que, desde la UNESCO, plantean son sociales y políticos.
A priori, en España las condiciones políticas y a nivel social son proclives a incluir este tipo de tendencias en las bases y programas educativos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen países en dictadura o con circunstancias políticas excepcionales que limitan esta capacidad de acción necesaria para conseguir una educación verdaderamente inclusiva.
Se trata por ejemplo de países con problemas migratorios, en guerra o con situaciones sociales que limitan la asistencia de los más pequeños a escuelas. Así como la implantación de este tipo de políticas inclusivas en las aulas, por cuestiones ideológicas, políticas, etc.