¿Y si todo lo que hacemos para parar el virus no sirve para nada y a la vez es imprescindible? Probablemente pienses que estamos delirando, pero vamos a explicar a continuación la teoría del queso suizo para entender por qué las acciones que llevamos a cabo para contener la pandemia son útiles e inútiles al mismo tiempo, si no se procede de un modo concreto.
La teoría del queso suizo en la Covid hace referencia a las diferentes capas que debemos poner en juego si queremos frenar la expansión del virus. Pero todas esas capas tienen agujeros (tal y como ocurre en un queso suizo), por lo que son inútiles para frenar los contagios por sí solas. Sólo si unimos todas las capas en su conjunto conseguiremos actuar de forma realmente efectiva frente a la Covid-19.
Imaginemos un queso suizo con sus tradicionales agujeros. La primera medida que tomo para impedir el contagio es ponerme una mascarilla. Pero esta medida, por sí sola, no es completamente efectiva. Al igual que el queso suizo, tiene ‘agujeros’, por los que el virus todavía puede propagarse.
Si ventilamos la habitación en la que nos encontramos con mascarilla estaremos poniendo un segundo parapeto a la expansión del virus. Pero seguirá sin ser infalible (sigue habiendo agujeros).
Añadiendo la distancia social conseguiremos limitar aún más la expansión del virus. Y así sucesivamente con nuevas capas de protección, que cada vez dejan menos espacio para los agujeros que permiten ‘colarse’ al virus.
En resumen, la teoría del queso suizo se refiere a que cada medida que tomamos para frenar el virus, por sí sola, tiene agujeros que hacen que no sirva. Pero, combinada con otra medida (la siguiente capa) limita aún más las posibilidades de contagio. Sigue siendo necesario ir añadiendo capas (todas ellas con sus agujeros) para ir complementando unas a otras, y conseguir una protección lo más cercana posible al 100%.
Aunque esta teoría se ha venido utilizando en diferentes temas relacionados con seguridad y protección en diversas industrias, en relación con la Covid lo popularizó un epidemiólogo.
Bill Hanage de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan (Harvard), retuiteó la siguiente infografía (en francés), que escenifica perfectamente el concepto del queso suizo en aplicación a la pandemia.
En ella se puede entender rápidamente cómo, si se llevan a cabo diferentes acciones para reducir el riesgo de transmisión, será posible conseguir una inmunización muy elevada. Algo que, a su vez, es complejo por dos motivos principalmente:
Para defendernos de la pandemia se establecen en el modelo de estos epidemiólogos un total de diez capas, divididas en aquellas que quedan dentro de nuestro rango de responsabilidad, y aquellos que son responsabilidad compartida con otros.
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