El TIN y el TAE, que corresponden al Tipo de Interés Nominal (TIN) y a la Tasa Anual Equivalente (TAE) son dos conceptos que están directamente vinculados con los productos financieros, tales como créditos o préstamos.
El TIN es el porcentaje fijo, es decir, el tipo de interés que pagamos por el dinero concedido en un préstamo.
Por su parte, el TAE corresponde también a un tipo de interés pero que en este caso incluye otros costes además del propio TIN. Costes como los gastos por la operación, apertura o notaría, entre otros.
A la hora de contratar un préstamo la empresa debe fijarse en los dos conceptos, tanto TIN como TAE. No obstante, de los dos el que aporta la información más importante es el TAE, ya que es el que muestra el coste real del préstamo, incluyendo todos los gastos derivados.
El TIN es un porcentaje fijo que se paga por los fondos prestados y por tanto no tiene fórmula.
Tiene la posibilidad de calcularse de forma semanal, mensual, trimestral o anual. Aunque sea cual sea la elección el porcentaje final es el mismo. Normalmente es mensual.
En un ejemplo práctico, si el TIN anual que ves reflejado en las condiciones del préstamo es del 6,5% anual el TIN que debes pagar cada mes es del 0,541% (el resultado de dividir 6,5 entre doce meses del año).
Lo contrario sucede con el TAE. El TAE además de incluir el TIN tiene otros conceptos como los gastos de operación o las comisiones por cancelación, amortización, etc. La fórmula para calcularlo es la siguiente:
TAE = (1 + r/f)f -1 |
*Siendo r el Tipo de Interés Nominal (TIN) y f la frecuencia de pagos
Solicitar un préstamo a una entidad bancaria no es una decisión que podamos tomar a la ligera. De hecho, es aconsejable que las empresas comparen entre diferentes opciones, analizando de forma exhaustiva las condiciones.
Antes de pedir un préstamo es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
Tanto empresas como particulares se han enfrentado en los últimos tiempos a problemas derivados de la comercialización de productos financieros por parte de entidades bancarias. Dos recomendaciones para evitar problemas serían: