La marca es uno de los aspectos más importantes de un negocio para fidelizar clientela y mejorar el alcance del servicio ofrecido a la vez que obtienes un mayor volumen de clientes.
Cualquier empresa nace con intención de crear una marca reconocible que evoque ciertos valores en cuanto a, por ejemplo, calidad, precio o cualquier otra característica valorada por sus potenciales clientes. Por eso, es fundamental saber cómo proteger la marca de tu negocio.
Las empresas tratan de crear una marca propia, buscando inspirar en sus clientes ciertos valores asociados al trabajo de dicha empresa. Esta marca es fundamental para comercializar el producto o servicio de una forma reconocible para sus potenciales clientes.
A su vez, la marca es el instrumento más evidente que tienen para diferenciarse de sus competidores, por lo que es importante que sea reconocible y fácilmente identificable.
Está comprobado que un cliente se guía en gran medida por la marca de una empresa, que tiene valores asociados a ella. Por ejemplo, hoy en día es muy bien valorado por los consumidores la sostenibilidad y respeto por el medio ambiente que tenga una determinada identidad.
Una marca permite diferenciarte del resto de competidores y productos similares, otorgando al tuyo un mayor reconocimiento entre la audiencia o público objetivo. Este sería el principal beneficio de potenciar tu identidad corporativa.
Derivado de lo anterior, te será más fácil comercializar tus productos y proyectar la imagen que te interesa, gracias a una marca registrada y reconocida.
Las marcas de las empresas también sirven para atraer la atención y confianza de los inversores, haciendo más fácil la financiación de tu negocio. En definitiva, tendrás más posibilidades de generar confianza y ventas.
Lo primero que hay que hacer para proteger la marca de tu negocio es registrarla legalmente junto con el dominio en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
De esta forma, tu marca no puede ser utilizada por terceros sin tu permiso y, en caso de que se produzca un uso indebido, se puede solicitar una indemnización.
Eso sí, la OEPM debe estudiar tu solicitud para comprobar que tu marca no está ya registrada y, en caso de que no sea así, aprobarla. El registro de una marca puede ser absoluto o relativo. La prohibición absoluta de uso de una marca es exclusiva de intereses públicos, mientras que la prohibición relativa tiene que ver con empresas privadas y particulares.
Al registrar la marca de tu empresa te aseguras el derecho exclusivo de explotación, mientras que también se impide que se registren marcas muy similares que pueda provocar una pérdida de valor de tu marca respecto a los clientes.
Además del registro, existen varias formas de proteger tu logotipo o tu marca:
Cuando una marca está protegida y asegurada, una empresa puede invertir de forma mucho más fiable dinero en ella, ya que confía en que es única y no corre peligro. Aun así, siempre recomendamos rodearte de un buen equipo jurídico que vele por la protección continua de tu marca, ya que es probable que en alguna ocasión tengas algún conflicto. Un seguro jurídico para pymes es una de las mejores alternativas en este caso.