Una reclamación es una queja que el consumidor realiza cuando está insatisfecho con el servicio o producto adquirido. Para presentar una reclamación debe existir un conflicto o desacuerdo que quiere solucionarse entre la empresa o vendedor y el cliente.
Las reclamaciones se presentan a través de las hojas de reclamaciones. Los clientes tienen acceso a las hojas de reclamaciones en el momento que quieran o al menos, es un derecho que tienen y por tanto, una obligación por parte de la empresa el proporcionarlas. De no ser así, el establecimiento puede ser sancionado.
Todos o casi todos los establecimientos (puede variar en función de la normativa autonómica), que comercializan bienes o servicios deben tener a disposición de los clientes hojas de reclamaciones.
Las hojas de reclamaciones están creadas para que el consumidor rellene los datos correspondientes. No obstante, es importante saber qué información tienes que completar para que la reclamación siga su procedimiento.
Una vez cumplimentada la reclamación es importante saber que son necesarias dos copias: una para el propio consumidor y la otra para que el establecimiento lo envíe al departamento correspondiente.
Las empresas normalmente tienen un plazo de entre 10 y 15 días para responder al cliente. Si no existe respuesta dentro del plazo o la respuesta es insatisfactoria, el cliente tiene derecho a presentar su queja a la Administración correspondiente u Oficina del Consumidor para que se inicie un nuevo procedimiento.
Las reclamaciones son unos impresos que las empresas deben tener a disposición de los clientes. Es más, tienen que tener visible un cartel o documento que indique que ese establecimiento dispone de hojas de reclamaciones para que los consumidores lo sepan.
Cuando un cliente solicite la hoja de reclamaciones el establecimiento tiene la obligación de dársela. No disponer de ellas o negarse a entregarlas se considera una infracción de los derechos del consumidor. Y por tal motivo, puede ser sancionado con multas de entre 200 y 500 euros.
Si el cliente quiere interponer una reclamación, y no es posible por alguno de los motivos anteriores, tiene la opción de llamar a la policía. Cuando lleguen a lugar de los hechos, el cliente debe explicar lo sucedido y los agentes pueden abrir denuncia por las infracciones que se describan y certifiquen.